Hay muchos tipos de frutos secos: las almendras, los anacardos y las nueces son muy conocidos.
Las alergias a los frutos secos son un tipo común de alergia alimentaria tanto en niños como adultos. La alergia a los frutos secos, como cualquier alergia, se produce cuando el sistema inmunológico identifica que algo que ha ingerido o con lo que ha entrado en contacto es perjudicial. Cuando se ingieren o incluso tocan frutos secos, las proteínas hacen que el sistema inmunitario responda y libere histaminas, que son las que causan los síntomas de la alergia. La alergia a los frutos secos puede causar anafilaxia, una reacción alérgica potencialmente mortal.
Por desgracia, la alergia a los frutos secos suele durar toda la vida: menos del 10 % de las personas la superan. Algunas personas que han sufrido reacciones graves a los frutos secos pueden llegar a superar su alergia a los frutos secos. Por tanto, la gravedad de la reacción no significa necesariamente que no vaya a superar la alergia.
SÍNTOMAS DE ALERGIA A LOS FRUTOS SECOS
Estos son algunos otros síntomas de la alergia a los frutos secos:
- Picor intenso
- Síntomas digestivos (por ejemplo, dolor de estómago, diarrea, náuseas)
- Dificultad para tragar
- Dificultad respiratoria
- Congestión nasal o rinorrea
- Vómitos
- Picor en la boca, garganta, ojos, piel o cualquier otra zona
Si tiene alergia a algún tipo de fruto seco, tiene una mayor probabilidad de ser alérgico también a otros tipos de frutos secos. Además, la contaminación cruzada entre varios frutos secos es común durante el procesamiento en la fábrica. Por lo tanto, muchas personas con alergia a un fruto seco evitan todos los frutos secos.
Estos son algunos de los tipos de frutos secos que más se consumen:
- Almendras
- Nueces de Brasil
- Pecanas
- Piñones
- Pistachos
- Nueces
- Anacardos
- Avellanas (incluidas las avellanas napolitanas)
Los frutos secos también pueden ser un ingrediente oculto en muchos alimentos. Por eso, es importante que lea la etiqueta o pregunte cuáles son los ingredientes antes de comprar o comer determinados alimentos. Los ingredientes de los alimentos envasados pueden cambiar en cualquier momento y sin previo aviso. Por tanto, lea siempre detenidamente los ingredientes.